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POST-APOCALIPTO: HISTORIA DE LAS DISTOPÍAS LITERARIAS

  "La gran lección de la historia es que nadie aprendió de la gran lección de la historia"                                                  - Aldous Huxley Gregory Claeys, catedrático de Historia del Pensamiento Político en la Universidad de Londres, y Lyman Tower Sargent, mismo oficio en la de Missouri-San Luis, dedican hoy su vida al estudio de dos conceptos: utopía y distopía. Como la utopía ya tiene a su grupo de filósofos específico, me voy a centrar en el segundo. Ellos mismos describen la distopía como "sociedad imaginada como sustancialmente peor que en la que escribe el autor". En sí, tienen razón y ,de hecho, el padre de la palabra fue John Stuart Mill en un discurso de los setentas (los del 1800). Pasando a los libros, que eso nos incumbe, Robert Hugh Benson es probablemente el autor del género con "Señor del Mundo", una novela en la que dos sacerdotes escuchan la profecía sobre un Reino Unido gobernado por el Anticristo. Le paso el testigo a E.

LOS SOULSBORNE Y LA FANTASÍA OSCURA

  "Si el mundo es un escenario y las personas somos actores, ¿quién demonios contrató al director?"                                            - Charles L. Grant Allá por el 2009, un señor japonés de nombre Hidetaka Miyazaki desarrolló junto a su empresa From Software un videojuego llamado Demon Souls. El señor había leído mucha literatura occidental y, por los tonos de caballería y paganismo del juego, se notaba. Siendo los denominados soulsborne un sustantivo característico de la industria del videojuego, diferenciados por su estética y dificultad, han dejado marca en un porcentaje grande de la literatura actual. Nos vamos a interesar, sin embargo, en ciertos autores y obras que ya tenían de base aquello que se llamó fantasía oscura, término que ha pasado por mucho debate por ver quién lo inventó. Por antigüedad, le daría la innovación con el género per sé a Edgar Allan Poe, con "La Máscara de la Muerte Roja" a mediados del siglo XIX. Ahora bien, veo en el "S

EL EGO DEL ESCRITOR

  "Uno no puede ser cantante de ópera e ídolo del pop al mismo tiempo"                                               - Ryan Holiday Escribir no es psicológicamente gratis. Se requiere de un tiempo en soledad física y emocional, tiempo en el que se tiene que invertir mucho conocimiento social, histórico, cultural, etc. Dicho conocimiento, a pesar de Internet, tampoco es psicológicamente gratis y requiere de la misma soledad. Es un ouroboros (la serpiente que se muerde la cola) que va girando y girando, pero cuando has metido tu vida en un ouroboros esperas una recompensa, una recompensa por no haber visto a tus amigos, por no haber salido de fiesta, por renunciar a cosas. El hecho de esperar esa recompensa implica una diferente y amplificada visión de tí mismo. Has gastado seis meses o un año en un libro y quieres que se te reconozca por ello. He aquí el problema si es que no te sabes controlar. Es otro ejercicio psicológico el admitir que eso a lo que le has dedicado tu vida

HACERLE PERMABAN A UN LIBRO

  "No hay censura que no sea débil. Cuando no me hace conocer mis defectos, me hace conocer los de mis censores"                                        - Christian Friedrich Hebbel Cuando nombré a Steinbeck y Orwell en el artículo sobre la generación grandiosa, comenté que sus obras más importantes fueron catalogadas como libros prohibidos. Por supuesto, la historia es muy amplia, las ideologías también, y por ello han habido un montón de listas con autores diferentes. Lo que vamos a hacer aquí no es una lista, sino una exposición de las razones por las que estos libros son mal vistos por x o por y, así como sus tramas. Como muy bien sé, hay que tener cuidado cuando escribes sobre religión: si "La Mala Nueva" se hiciera famosa, me tirarían piedras al tejado. Las piedras que sí cayeron fueron dirigidas a Salman Rushdie, autor de "Los Versos Satánicos", una historia basada en parte en la biografía de Mahoma sobre dos actores indios que mueren en un atentado

PENNY DREADFUL: ABUELOS DE LA NOVELA NEGRA

  "No, no, no nos aterraremos, hay un cielo encima de nosotros"                                     - James Malcolm Rymer La última vez que leí un periódico seriamente fue hace algo más de un año por un tipo de tarea que le gustaba mucho a nuestra profesora de Economía. Por supuesto, el concepto de periódico y revista ha cambiado bastante. Si estuviera vivo un inglés de la época victoriana, te lo podría confirmar. En aquellos tiempos, a la vez de elegancia y a la vez de morbo, el renombrado Jack el Destripador era tema de conversación a las cinco de la tarde del té. Entre tanto rumor y tanta sospecha, la prensa no paró de escribir sobre él, y como la literatura tiene a la prensa como su hermanastro, los autores siguieron una estela parecida. Así, unos poquitos años antes del Drácula de Bram Stoker, se hicieron ver hombres como James Malcolm Rymer con "El Collar de Perlas", o como se le conocería más tarde: "Sweeney Todd: El Barbero Demonio" (sí, Johnny Dep

VILARIÑO: NECESITAR Y MERECER

  "Ni con delicadeza ni con cuidado. ¿Acaso tiene delicadeza vivir, romperse el alma?"                                                  - Idea Vilariño La literatura latinoamericana siempre ha estado afectada por, digamos, dificultades. No técnicas, puesto que eran muy buenos en su trabajo, pero sí de una índole más personal (ya lo vimos hace un tiempo con Clarice Lispector). El Uruguay del siglo XX, para sorpresa de muchos, pudo equipararse tanto a Argentina como México en lo que eran autores destacados. Hicieron de hecho una generación propia, la uruguaya del 45, a quienes conocía nuestro Juan Ramón Jiménez y entre los que estuvieron Manuel Flores Mora y mi tocayo Domingo Bordoli. Mientras, destacó en aquel Occidente lo que se llamaría una historia de superación. Despuntando en la misma agrupación, una Idea Vilariño de veintipocos años vio a su "La Suplicante" triunfar mundialmente, llamada por los críticos una experiencia angustiosa pero íntima y coherente. Parec

GRANDIOSA: ÍDOLOS DE POLÉMICA

  "De todos los animales, el hombre es el único que bebe sin tener sed, come sin tener hambre y habla sin tener nada que decir"                                              - John Steinbeck Ya vimos cómo funcionaba en su tiempo la generación perdida. Y aunque la siguiente se denominó grandiosa, los autores de estas décadas hubieran preferido estar perdidos. Inicios del siglo XX. Su infancia y adolescencia fue marginada económicamente por la Gran Depresión y, cómo no, se les esperaba en la Segunda Guerra Mundial contra el eje. El avance de los tiempos tiene sin embargo una mayor capacidad de expresión en los países supuestamente democráticos. El problema vino con unos escritores que no se adherían a eso, y no en el buen sentido. Jean Paul Sartre, el más conocido, y a quien yo culpo de cargarse el humanismo. Una vez el francés metió a Marx en la ecuación, el socialismo era pan de cada día. Hay quien compara "La Náusea" con "El Extranjero" de Camus, y fíjate