PENNY DREADFUL: ABUELOS DE LA NOVELA NEGRA

 "No, no, no nos aterraremos, hay un cielo encima de nosotros"

                                    - James Malcolm Rymer

La última vez que leí un periódico seriamente fue hace algo más de un año por un tipo de tarea que le gustaba mucho a nuestra profesora de Economía.

Por supuesto, el concepto de periódico y revista ha cambiado bastante. Si estuviera vivo un inglés de la época victoriana, te lo podría confirmar. En aquellos tiempos, a la vez de elegancia y a la vez de morbo, el renombrado Jack el Destripador era tema de conversación a las cinco de la tarde del té.

Entre tanto rumor y tanta sospecha, la prensa no paró de escribir sobre él, y como la literatura tiene a la prensa como su hermanastro, los autores siguieron una estela parecida.

Así, unos poquitos años antes del Drácula de Bram Stoker, se hicieron ver hombres como James Malcolm Rymer con "El Collar de Perlas", o como se le conocería más tarde: "Sweeney Todd: El Barbero Demonio" (sí, Johnny Depp protagonizó la película).

Las tramas no es que fueran extremadamente pensadas con cuidado, pero sí que se presentó lo que llamaríamos el elemento slasher (a lo Jason y Freddy Krueger).

Una dificultad que tenían, eso sí, era la dependencia a las revistas, concretamente a la de Alfred Hemsworth, pues ninguno de esos autores era un Conan Doyle establecido y no se podían permitir más que una vida sucia.

Porque claro, se llaman penny por costar un penique y dreadful por ser noveluchas. El caso es que no podemos renegar de ellas, mucho cine y literatura de ahora se basa justo en esto y dicen que hay que tenerle un respeto a los mayores.