HACERLE PERMABAN A UN LIBRO

 "No hay censura que no sea débil. Cuando no me hace conocer mis defectos, me hace conocer los de mis censores"

                                       - Christian Friedrich Hebbel

Cuando nombré a Steinbeck y Orwell en el artículo sobre la generación grandiosa, comenté que sus obras más importantes fueron catalogadas como libros prohibidos.

Por supuesto, la historia es muy amplia, las ideologías también, y por ello han habido un montón de listas con autores diferentes.

Lo que vamos a hacer aquí no es una lista, sino una exposición de las razones por las que estos libros son mal vistos por x o por y, así como sus tramas.

Como muy bien sé, hay que tener cuidado cuando escribes sobre religión: si "La Mala Nueva" se hiciera famosa, me tirarían piedras al tejado. Las piedras que sí cayeron fueron dirigidas a Salman Rushdie, autor de "Los Versos Satánicos", una historia basada en parte en la biografía de Mahoma sobre dos actores indios que mueren en un atentado y son transformados en el arcángel Gabriel y en Satanás. 

De hecho, ganó un premio Whitbread, pero al ataloyá le pareció mejor una sentencia de muerte porque, claro, se estaban riendo de su fe, ¿verdad?

De un tema sensible a otro, Art Spiegelman escribió una novela gráfica cuyo contenido era una entrevista a su propio padre. Por si no se le viene a nadie a la cabeza, "Maus" es la biografía en dos partes de este hombre, un judío polaco que sobrevivió al Holocausto, solo que los personajes son animales: los nazis son gatos, los judíos son ratones y el resto de polacos son porcinos (Orwell, ¿eres tú de nuevo?).

A los fans de "Cincuenta Sombras de Grey", este par de párrafos son para vosotros. Había una vez un noble parisino con gustos peculiares, a lo mejor lo conocéis, se llamaba el Marqués de Sade, del que surgió el término sado.

"Los 120 Días de Sodoma" narra cómo unos representantes del poder francés al final del reinado de Luis XIV dan rienda suelta a su imaginación durante cuatro meses. Característico de su autor, todo era bastante explícito y nadie de la época podía aguantarlo.

Ahora hablaría de "Lolita", pero ese embrollo es uno en el que ni yo me quiero meter, así que pasaré a "El Libro de Cocina del Anarquista". William Powell era un hombre normal, o lo era hasta que decidió fusionar Masterchef con "El Guardián entre el Centeno".

Era un diario para el adolescente, un recetario para hacer comida que solo le gustase a uno mismo, solo que los platos tienen una etiqueta que pone "delitos" y la cocina tiene un cartel que pone "sociedad".

Podría seguir hablando de obras que no llegaron a tocar bien el paladar de cierta gente, pero me gustaría que fuera la persona que está leyendo esto la que auto complete una lista propia y se deje llevar por la investigación durante un rato.

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