SCHOPENHAUER: LA GRACIA DE RESPIRAR

 "Es difícil encontrar la felicidad dentro de uno mismo, pero es imposible encontrarla en otro lugar"

                                      - Arthur Schopenhauer

Empezamos fuerte...

Ni siquiera me acuerdo bien de cuándo fue que hablé de la filosofía de Nietzsche, de lo que sí me acuerdo es que ese artículo se llamaba "El Alumno que Superó al Maestro" y es el Domingo Torres de ahora el que va a dictaminar y darle la vuelta a eso.

Sí, una de las inspiraciones de Nietzsche fue Arthur Schopenhauer (literalmente pronunciado "sopenjauer", u "Oppenheimer 2.0", como le dice una mujer que conozco), que a su vez fue alumno de Kant, pero bajo esa lógica también pude haber hablado de Goethe, autor de "Fausto", o del presocrático Heráclito.

Centrándonos en Arturo, su filosofía se sustenta en que el mundo es una mier... Qué va, tranquilo, eso es lo que te diría cualquier superficial y, para tu fortuna, yo no soy superficial. El pilar aquí es la "voluntad de vivir", esa fuerza que te alienta a levantarte por las mañanas en lugar de desayunar cianuro. Porque sí, este hombre era pesimista y dijo que nuestro mundo era el peor de los posibles pero, ¿qué hay de divertido en eso si no hay una fuerza antagónica? ¿Quién iría al antiguo coliseo sin haber gladiadores que se peleasen con los leones?

El ser humano nace como saco de boxeo de la vida y aún así seguirá avanzando (a no ser que tome su propia vida). Estamos todos en un tablero de parchís, con tres fichas en casa, y aunque vamos perdiendo, tenemos el valor de tirar los dados, a ver si nos sale un 6.

Ese es el pensamiento de lo inconsciente en Schopenhauer (por algo los alemanes de esta época son los irracionalistas), no hay ningún argumento racional a que el hombre siga en pie. Cuando la gente habla de esto, siempre se salta el tema de la compasión, quizá porque el mismo Schopenhauer la incluyó tarde en su literatura, pero ahí está la pieza que desmonta a los "edgy fuckboy" que se creen "darks" por leer El Arte de Tener Razón: la piedad no es mala si se la das a quien se la merece, porque la felicidad según Arturo es utópica, pero se puede llegar a algo parecido.