TRASTORNOS DE PERSONALIDAD EN LA LITERATURA

 " Nos detuvimos en busca de monstruos debajo de la cama cuándo descubrimos que estaban en nuestro interior"

                                  - Charles Darwin

Una frase de un científico en un blog de escritores, ¿qué está pasando?

Vamos a empezar con una aclaración: no soy psicólogo, pero sé que el espectro de trastornos de la personalidad es bastante amplio y complejo. Por mi parte, solo voy a tratar el más conocido para hacer el contenido más simple y entendible.

El trastorno de identidad disociativo (TID) se ha usado desde hace mucho tiempo en las obras de cultura general. Considero a Múltiple el mayor exponente de esto en el cine, por ejemplo. Sin embargo, nuestro gremio no se quedó corto.

En 1886, Robert Louis Stevenson (conocido por publicar tres años antes "La Isla del Tesoro") mostró al mundo "El Extraño Caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde". La trama, en un principio, es sencilla: un abogado intenta capturar al señor Hyde, heredero de la fortuna del doctor Henry Jekyll, pues se ha visto envuelto en varios crímenes.

ALERTA DE SPOILER (BASTANTE OBVIA):

Hyde es en realidad un alter ego del doctor. Jekyll desarrolló una especie de TID gracias a los químicos con los que trabajaba. Llega a tener miedo de sí mismo y a dar por sentado que Hyde lo consumirá tarde o temprano.

Hay que recordar que esto es una novela y no representa una situación realista. Los cambios entre Jekyll y Hyde no son solo mentales, siendo el segundo un psicópata (llega a mandar al hospital a una niña a base de pisotones), sino también físicos. Jekyll es caracterizado como alto y guapete, mientras que su otro yo es enano y deforme. No lo digo yo, lo dicen los personajes del libro.

A parte de este caso, nuestro amigo Oscar Wilde se sacó de la manga unos ocho años después "La Importancia de Llamarse Ernesto: una Comedia Trivial para Gente Seria".

La obra era más bien un teatro de crítica social en el que un hombre llamado Jack convive con Ernesto, su hermano imaginario. El propósito del libro era, aprovechando la habilidad de Jack para "alternarse" con Ernesto, mostrar los prejuicios sociales y económicos de las personas.

Esto en sí no sería un caso de TID, pero el hecho de tener un amigo imaginario en la adultez es algo que también requiere atención psicológica. Al menos a mí me ha parecido similar.


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