El Hipérbaton

  "Los escritores de ciencia ficción, siento decirlo, no sabemos nada. Nuestros conocimientos sobre ciencia son limitados y nuestra ficción es horrible"                                  - Philip Kindred Dick En el anterior artículo, dije que la mayoría de escritores que la historia reconoce son europeos, pero vamos a tomar en cuenta a un americano más o menos moderno. Philip Kindred Dick nació en la ciudad de Chicago, en Illinois, capital de la arquitectura extravagante. Sin embargo, se caracterizó por ser miembro del período posterior de lo que conocemos como Renacimiento estadounidense (en vocabulario simple, que escribió después de los años 20). En aquella época, el país más patriota del mundo tenía cuatro pilares literarios, entre los que destacó Philip. Trataba normalmente con novelas de futuros distópicos, siendo sus obras más conocidas "¿Sueñan los Androides con Ovejas Eléctricas?" y "El Hombre en el Castillo". La primera, de título bastante origina

  "¡Un caballo, un caballo! ¡Mi reino por un caballo!"                            - El Bardo de Stradford en Avon No es sorpresa para nadie que los mayores escritores de la historia nacieron en Europa, la mayoría de ellos siendo ingleses, franceses, españoles, alemanes o griegos (ya hablaré algún día de la literatura asiática). Aquí, por ejemplo, solemos destacar por las obras en verso, mientras que la mayoría de ingleses que he leído destacan en la prosa (novelas, por si no sabes lo qué es la prosa). En el realismo literario destacaba Charles Dickens, con obras como Oliver Twist o Un Cuento de Navidad. Mientras tanto, Oscar Wilde (del que ya hemos hablado), seguía el escepticismo inglés con El Fantasma de Canterville o El Retrato de Dorian Gray. De hecho, escribió la segunda obra de todo el mundo que trataba los trastornos de personalidad: La Importancia de Llamarse Ernesto (tengo que leerme la primera, por cierto). Pero entre tanto británico, había alguien más antiguo que l

  "El mundo está lleno de cosas mágicas, las cuáles están esperando a que nuestros sentidos se agudicen".                                - William Butler Yeabs Sí, Harry Potter... La saga que se enfrentó en su día a maravillas de la fantasía como El Señor de los Anillos, de Tolkien, o Nacidos de la Bruma, de Brandon Sanderson (uno de los mejores escritores actuales, por cierto). ANTES DE NADA: 1- Por hablar de magia, todo el texto va a estar escrito en "Dancing Script", como las citas de autores del principio. 2- Me encanta Harry Potter y esto no es una crítica. 3- No voy a hablar de las polémicas de Twitter de JK Rowling. 4- No voy a hablar tampoco de ningún miembro del fandom tóxico de la franquicia.   Vamos a lo que nos compete. Como instituto, Hogwarts es un sueño hecho realidad. Bueno, así sería en un período en el que no haya amenazas que impliquen la muerte del alumnado... Como cualquier otro instituto realizado en Hollywood, véase el de High School Musical,

  " Amarse a sí mismo es el comienzo de un idilio que durará toda la vida"                                                - Oscar Wilde Para entrar un poco en contexto, auer fui a ver Barbie con unos amigos. Iba sinceramente con expectativas de ver una comedia "muy rosa", pero fui a buscar cobre y encontré oro. ALERTA DE SPOILER: La película pinta bastante fantasiosa hasta que llega un momento anticlimático en que la Barbie estereotípica (la de Margot Robbie) pregunta lo siguiente al resto de Barbies y Kens: "¿Alguna vez habéis pensado en la muerte?" Para no hacer el cuento largo, hacer esas preguntas es como una enfermedad en Barbielandia y Barbie se va al mundo humano junto al Ken de Ryan Gosling para curarse (la forma de curarse es conocer a la niña que juega con ella, pues supuestamente está teniendo pensamientos negativos que se transmiten como un virus). En esta peripecia, Ken se da cuenta de que los hombres también tienen cargos importantes en nuest